Entre febrero y octubre han cerrado cerca de 1.800 empresas del sector, mientras que las exportaciones a la Unión Europea, nuestro principal socio comercial, retroceden un 1,1%.
La industria de alimentación y bebidas muestra un impacto en sus resultados como consecuencia de la crisis provocada por el COVID-19. Así, el sector refleja un retroceso en la producción y la creación de empresas, mientras que mantiene un comportamiento estable en las exportaciones. Así se deduce del estudio elaborado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas y el Instituto de Estudios Económicos , con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que refleja el efecto del COVID-19 sobre las principales magnitudes económicas del sector. En términos de facturación, la industria de alimentación y bebidas ha sufrido una disminución estimada de 3.680 millones de euros desde el inicio de la pandemia en el mes de marzo.
Teniendo en cuenta la presencia del sector en todo el territorio nacional, su especial contribución en las zonas con menores índices de renta por habitante y el efecto arrastre sobre el resto de actividades productivas, el retroceso en la producción supone un importante revés para la competitividad de la industria, especialmente para las empresas de alimentación y bebidas de pequeño tamaño, orientadas principalmente al mercado local y regional. La actividad en el mercado exterior se mantiene por el efecto coyuntural del gran aumento de las exportaciones de productos del porcino a China. La internacionalización es un pilar estratégico para el sector y para seguir creciendo, debemos resolver aquellas situaciones que están perjudicando a los productos españoles, como los aranceles en Estados Unidos y la aún incierta resolución del Brexit.